En la hacienda Nápoles había una plaza de toros, carros de carreras, motos náuticas, motocicletas para paseos turísticos, además de un Chevrolet modelo 1934 al que se le había llenado de balazos para hacerlo parecer al de los legendarios delincuentes Bonnie y Clyde o Al Capone, a quienes Escobar admiraba, pero quizá su mayor atractivo era un zoológico publico, uno de los mas completos de Colombia y tal vez del mundo. En él se encontraban animales exóticos importados de muchos lugares del planeta, cuyo ingreso al país fue autorizado gracias a sobornos dados al personal del INDERENA. Rinocerontes, elefantes, camellos, hipopótamos, cebras, jirafas, grullas, Impalas, venados, dantas, canguros, flamencos, avestruces, una pareja de loras negras únicas en el mundo, entre otros, eran exhibidos allí, aunque de acuerdo a Roberto Escobar, hermano del capo, no se incluyó ningún animal feroz como depredadores o serpientes.
La hacienda, que fue avaluada en 63 millones de dólares, era un hotel de lujo que además de ser el sitio de reunión de los líderes del cartel de Medellín Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder, los Hermanos Ochoa Vásquez, etc., fue sitio de reunión y descanso de miles de visitantes, vinculados o no, a los negocios del cartel. Se solía celebrar las festividades decembrinas contratando orquestas y conjuntos musicales de reconocimiento internacional; incluso se rumoró de una visita de los Rolling Stones.
Los rumores sobre lo que ocurría al interior de esta propiedad son múltiples y diversos; se comenta de torturas y asesinatos, ajustes de cuentas, pero también de orgías en las que se llevaban jovencitas que no sobrepasaban los 20 años que hacían competiciones de carreras al desnudo o trepaban a los árboles para deleite de visitantes y anfitriones. Se sabe que en una ocasión Carlos Lehder asesinó con un disparo de R-15 a un escolta de Pablo Escobar por una disputa amorosa, y que en otra oportunidad Pablo Escobar ordenó atar de pies y manos a un mesero y arrojarlo a la piscina, donde murió ahogado, cuando descubrió que éste estaba robando cubiertos de plata.
Mas allá de esto la hacienda es por si misma el reflejo del ascenso y caída de Pablo Escobar y del cartel de Medellín; desde 1978 estuvo en su apogeo pero en 1984, tras el asesinato del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, la familia Escobar se refugió en Panamá, motivo por el que se le descuidó parcialmente. El regreso posterior de Pablo marcó un nuevo periodo de auge, que se prolongó aún en la época del Narcoterrorismo, cuando las fuerzas de seguridad del Estado asediaron al Cartel de Medellín. Sus propietarios no pudieron regresar a ella; en 1991 se dio la entrega y en 1992 la fuga de Pablo Escobar a la justicia, en este tiempo algunos animales fueron recogidos por zoológicos de todo el país y la propiedad fue varias veces ocupada por la fuerza pública. Tal vez esto la preservó de la acción de Los Pepes, pero no del abandono tras la muerte de Pablo Escobar en diciembre de 1993. Sus centenares de empleados se fueron, algunas pertenencias fueron robadas, otras, condenadas al olvido; la hacienda quedó en ruinas tras la entrada de saqueadores buscando guacas y caletas repletas de dinero, los cuales al final salieron con las manos vacías; la selva cubrió gran parte de la gigantesca finca, los hipopótamos se volvieron salvajes y continuaron habitando los lagos, aunque continuamente se ha hablado del escape de estos paquidermos posiblemente al Río Magdalena. Gracias a la ley de extinción de dominio, la propiedad pasó a ser del Estado colombiano. También ha recibido desplazados de la violencia y en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez se remataron partes de la finca y se realizaron proyectos para edificar cárceles, parques, urbanizaciones y otros proyectos de interés nacional
Aqui Podemos Observar Unas Imagenes De La Hacienda Napoles:
Aqui Podemos Observar Unas Imagenes De La Hacienda Napoles:
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